Llegamos a Buenos Aires un poco cansados después de la gran ruta de norte a sur. Nos alojamos en un céntrico y económico apartamento de la calle San Martín. Pasamos allí 12 días para poder descansar, hacer los deberes del cole, actualizar el blog y ver las diferentes zonas de la ciudad con calma.
Llegar a Buenos Aires después de Costa Rica, Perú... nos hace recordar la historia del desarrollo de Latinoamérica; la gran diferencia arquitectónica, de infraestructuras, el aire cosmopolita de la ciudad, así como la gran potencia mundial que llegó a ser.
Muchas calles y edificios de Buenos Aires como la avenida de Mayo, la calle Florida, la calle Corrientes... nos recuerdan a calles de Madrid de Barrio Salamanca o Sol y de Barcelona, como Eixample, Pelayo o Plaça Catalunya.
Pasear por sus calles llenas de gente, recorrer los cafés en los que en el pasado se reunían ilustres escritores como Borges, entrar en las maravillosas librerías, admirar edificios emblemáticos como el Palacio Barolo, Palacio Urquijo, la Casa Rosada desde la que Eva Perón salía al balcón, pasear por San Telmo y encontrarte a Mafalda, o presenciar una manifestación de las Madres de la Plaza de Mayo... Son tantos los iconos que traspasaron fronteras de Buenos Aires que todo es familiar, emotivo y también tópico; hasta llegamos a presenciar a un grupo de separados argentinos debatiendo sobre el complejo de Edipo en un restaurante.
El pasado de B.A. nos emociona, pero la degradación de sus calles con aceras rotas, suciedad, tráfico y dificultad para pasear por las grandes avenidas, así como "el espíritu" de algunas personas, nos hace cuestionar el presente. No sabemos de economía mundial, sólo trasmitimos nuestras sensaciones y pensamos que B.A. está aletargada y quizás mirando más al pasado que al futuro. Nos llama la atención que los imputs que más se repiten hoy para el turista sean Maradona, Messi, Mafalda y Gardel.
Puerto Madero es una zona que nos recomendaban efusivamente. A pesar de no tener el alma de las calles del centro, es agradable pasear y comer por esta área de modernos edificios de oficinas frente al marrón rIo de la Plata, sobre el cual se encuentra el Puente de la Mujer diseñado por Calatrava. Personas corriendo por el paseo hasta la reserva ecológica, regatas en canoa, veleros amarrados en el puerto deportivo... hacen de esta zona un punto de encuentro para hacer actividad física.
El rio de la Plata nos causa desencuentro, por un lado la maravillosa inmensidad que parece el mar y por otro el color marrón de sus aguas, que nos extraña por estar acostumbrados al azul de nuestro Mediterraneo.
Aprovechando la proximidad de Uruguay, cruzamos el rio de la Plata para visitar Colonia del Sacramento. Una excursión recomendada por los porteños a un pequeño y tranquilo pueblo del país vecino que cuenta con un barrio histórico como patrimonio mundial. El entorno era agradable aunque siendo sinceros, más allá de pasar la frontera a Uruguay, no tiene más encanto.
Unas de las zonas más características, a pesar de que ya es sólo una atracción turística, es el Caminito de Boca. Hemos encontrado el barrio muy degradado y como era de esperar, viviendo apasionadamente su equipo de fútbol (aún en horas bajas). Sus casas pintadas de colores, su animación y su historia, merece la pena ser visitado e imaginar como sería la vida de los emigrantes que compartían vivienda en estas casas coloniales convertidas en conventillos y que pintaban sus fachadas con la pintura sobrante de los barcos que atracaban en el entonces, concurrido puerto de Boca.
La carne exquisita. Las parrilladas de cordero, bife, entraña, vacio, churrasco... nos han acompañado durante todo el viaje. Es lo único que hemos encontrado barato, en el resto no se nota la devaluación de la moneda.
Las calles de B.A. siguen ofreciendo una amplia gama de espectáculos; teatro, música, tangos... coincidimos con el concierto de Sabina, Baute y el de Placido Domingo en la avenida 9 de julio, al que acudimos con más de 150000 personas.
Durante la estancia aprovechamos para conseguir el visado de la India. Para nuestra ruta sólo necesitamos dos visados -India y China- y los permisos telemáticos para entrar a EEUU y Australia. Los visados no pudimos hacerlos en Barcelona ya que caducan a los 6 y 3 meses, respectivamente. Sólo nos falta el de China!!
En definitiva, tanto Buenos Aires como Argentina nos ha gustado mucho, pero hay que reconocer que los argentinos son muy buenos haciendo marqueting.
Para acabar una curiosidad: en Buenos Aires encontramos la Plaza Catalunya, con una réplica de la font de Canaletes.
Un abrazo para todas y todos desde Santiago de Chile.