La India: Udaipur, Bundi, Pusker, Jaipur, Khajuraho, Varanasi y Agra.


Después de quince días en la India empezamos a verlo todo de otro modo. Ya estamos acostumbrados a las carreteras sin asfaltar con sus motos llevando hasta siete personas, con las vacas circulando libremente, las bicicletas, los decorados camiones, los hacinados autobuses cargados hasta en el techo y sin olvidar los incesantes pitidos y los vehículos que van contra dirección porque “esto es India” como nos dice nuestro conductor.



Los ojos se acostumbran también a los montones de basura que se acumulan en las calles y las vacas comiendo en ellos y nuestra mirada se centra en las escenas cotidianas que tenemos la suerte de presenciar. Escenas como las que ocurren alrededor de las fuentes o pozos que funcionan con una palanca y que siempre cuentan historia diferentes; dos niños pequeños que no llegan al mango hacen peripecias para sacar agua, una mujer llena cinco cántaros de acero y se los coloca en la cabeza como en un número de circo, un hombre se enjabona y aclara, un grupo de mujeres vestidas con sus coloreados sarees charlan alrededor de la fuente... Estas escenas ocurren frente a las casas, la mayoría minúsculos espacios de tres paredes de ladrillo sin rebozar y sin puerta que deja ver el somier ya típico para nosotros y alguien durmiendo a la sombra que pide los 40º. Niños y niñas, con grandes y blancas sonrisas, alrededor del columpio hecho con una cuerda en un árbol. Campos verdes de maíz, patatas, mangos... y agricultoras coloreando el paisaje. Cabreros y cabreras sentados en cuclillas bajo un paraguas negro para protegerse del sol mientras sus cabras a dos patas se alzan para comer las hojas de los árboles. Barberías callejeras con sólo una silla y un espejo.
En cada pueblo un mercado animado de puestos de verduras, fruta (sobre todo plátanos), pulseras, neumáticos y de piezas usadas de coche, bebidas y patatas chips de la marca Lays que nos recuerda que la CIO de Pepsico es una mujer India y que no toda la India es así. Delante de todos estas tiendecitas siguen los montones de basura y barro, pero como os decimos, ya no los vemos. Cada kilómetro decenas de imágenes para nuestra retina.
Durante estos días coincidimos con un nuevo movimiento social que se manifestaba en las principales ciudades en contra de la corrupción política que impera en el país. El líder, un hombre de 70 años con túnicas blancas fue encarcelado y unos días después liberado gracias a la presión de las manifestaciones, su nombre es Anna y ahora se encuentra en huelga de hambre y el gobierno en jaque. Por aquí le llaman el nuevo Gandhi.




Udaipur. Es conocida como la ciudad de los lagos y el arte en miniatura. El palacio de la ciudad y el templo son ambos dos obras maravillosas merecedores de una tranquila visita y muestran un buen estado de conservación. Tiene también el palacio del lago, hoy convertido en hotel y un agradable paseo con tiendecitas, sobre todo de dibujos y pinturas.
Desde la azotea de nuestro hotel vemos el pueblo pintado de azul, niños vecinos que nos saludan desde minúsculas ventanas y monos, muchos monos saltando de tejado en tejado, un elefante pidiendo dinero y escenas cotidianas que hablan por sí solas.




Bijolija - Bundi. Antes de llegar a Bundi paramos para pasear por una ciudad poco conocida en las rutas turísticas; Bijolija. Es un pequeño pueblo con un templo jainista y coloridas calles. En Bundi pasamos dos noches pero este es un destino que no nos gustó demasiado. Lo pasamos muy bien en su animado mercado mezclándonos con los lugareños que nos recibían con sonrisas y extrañeza dado que tampoco es un destino demasiado habitual, pero la atracción de esta ciudad es un dejado y olvidado fuerte que tristemente ya no merece la pena la entrada que hacen pagar. Ahora bien, lo más curioso aquí fue que al comprar la entrada te dicen que cojas un palo de un cubo que tienen junto a la puerta para defenderte de los peligrosos monos que hay en el camino y en el fuerte. Os podéis imaginar la aventura de visitar el fuerte habitado por los monos a los que no les gusta que los visitantes metamos la nariz por allí. Fue lo mejor, una especie de safari con pequeñas dosis de tensión.




Pusker. Es una famosa ciudad conocida por su lago sagrado a la cual cada día llegan miles de personas en peregrinación para ver la figura del Dios Brahma, única en la india y después rezar y hacer plegarias en el lago. Esta ciudad vive únicamente del turismo, las tiendas que rodean el paseo son pura tentación y aquí pudimos comer una deliciosa pasta para hacer un paréntesis entre tanto picante, massala y comino acompañado de una cervecita envuelta en papel de plata, escondida en el bolso y tomada en taza de capuchino ;)
Al llegar a las puertas de acceso al lago nos encontramos con un simpático grupo de españoles que nos advirtieron del robo que les acabaron de hacer; les habían separado, asignado un gurú o sacerdote y habían acabado pagando una pasta sin darse cuenta. A pesar del aviso de nuestro amigos , al día siguiente sin darnos cuenta el guía nos deja con un gurú con el que hicimos el ritual sagrado y acabó gritando porque sólo aportamos 1.000 rupias (20 € aprox) a la causa para el bien de nuestro karma... esto queda en anécdota y aviso para quien la visite. La ciudad vale la pena. Cada uno le pondrá el grado de misticismo que considere y además por la noche, con las casas iluminadas, nos deleitamos de la puesta de sol en buena compañía.





Jaipur. Es la gran capital del Rajasthan. Visitamos el palacio del viento, los fantásticos fuertes de la ciudad a los que accedimos a lomos de elefante emulando en nuestra memoria a Sandokan -el tigre de Malasia-, el observatorio astronómico y el palacio de la ciudad. De nuevo las fotos hablan por sí mismas. Nos llevamos de Jaipur un bonito recuerdo al pasar una mañana en casa de las hermanas de Ganish, nuestro conductor dado que coincidía con la festividad de los hermanos en la que las hermanas regalan una pulserita y el hermano da regalos y dinero. Le acompañamos y no sólo pudimos ver este ritual sino que compartimos la mañana con las 20 personas que conviven en la misma casa bebiendo té, haciendo tatuajes de henna y charlando de sus costumbres.






Kahurajo. De Jaipur fuimos a Agra, pasamos una un día y una noche y de nuevo en ruta fuimos a ver el famoso conjunto de templos de Kamasutra. A pesar de que puedes admirar una obra de arte magnífica que se encuentran en un buen estado de conservación y además puedes divertirte buscando las famosas posturas sexuales que adornan las paredes de los templos, la carretera para llegar hasta allí es pesada y peligrosa. En nuestra opinión no valía la pena llegar hasta aquí en coche. Si alguien lo quiere visitar mejor coger en tren. Son 10 pesadas horas de coche. Natalia y Elena como siempre sin quejarse los más mínimo, la nintendo, lectura, cartas del uno... estas niñas son, además de maravillosas, un 4x4.



Varanasi. Los verdes paisajes del altiplano del trayecto desde Kahurajo son fantásticos. De nuevo 10 horas de coche pero Varanasi bien merece la pena. Una vez allí nos dimos cuenta de que tendríamos que haber seguido hasta Nepal, estábamos a sólo 400 Km pero la ruta ya no la podíamos modificar, lástima. Podíamos haber prescindido de Bundi y Mont Abu y haber incluido Nepal, sin duda.
Varanasi... la ciudad mágica. Calles estrechísimas, multitud, crematorios y las puertas de acceso al Ganges explicando miles de historias:
Una chica se afeita la cabeza y lanza sus cabellos en ofrenda tras perder a sus familiares, un gurú redime de sus pecados a un hombre que repite un tantra sagrado, una señora nos insiste en comprar flores y velas para pedir deseos en el sagrado río, un búfalo y más tarde una vaca pasando flotando por la fuerte corriente, diferentes personas lanzan algo al río en bolsas de plástico atadas con un nudo, dos hombres bucean y sacan monedas, con la boca, muchas personas se desnudan, se enjabonan y se aclaran en las aguas sagradas y, no olvidemos, contaminadísimas aguas del Ganges. Por la tarde las ceremonias de cremación, que vimos desde una torre y las pujas frente al río con sus cantos y ritos eran impresionantes. En definitiva un día lleno de emociones para celebrar el cumpleaños de Marc.
Pasando a lo más práctico. Nos levantamos a las cinco de la mañana para ver el amanecer y alguna ceremonia. Pagamos cerca de 2200 rúpias por dar un paseo en una barca y ver como salía el sol y nada más. Por la tarde volvemos en un tuc tuc que se mete por las callejuelas de manera inimaginable hasta que no podemos más y seguimos a pie. El conductor del tuc tuc nos advierte de la delincuencia de Varanasi y de los miles de robos que se producen cada día de manera exagerada para ganarse la propina como guardas espaladas ;) Nos lleva a una torre desde la que podemos ver ceremonias de cremación a pocos metros. Al subir a la torre nos encontramos en el primer piso con unos ancianos estirados en el suelo. Estas personas están muy mayores y enfermos, no tienen donde ir y están aquí esperando la muerte. Os podéis imaginar como se nos queda el cuerpo. Después de verla cremación al volver a pasar por el primer piso, nos dicen que tenemos que pagar a una ancianita para colaborar en la compra de leña para la cremación. Le damos 150 rúpias y nos grita (otro más) y al final descubrimos que afortunadamente los ancianos no esperaban la muerte sino al turista de turno al que sacarle todo lo que se pueda!!








Agra. Visitamos Agra en dos ocasiones diferentes en nuestra ruta. El primer día visitamos el Tajmahal tempranito para evitar el calor, la aglomeración de personas y el color que refleja el mármol blanco con la luz del día del amanecer. El segundo día visitamos el fuerte de rojo de Agra y volvimos a ver el Tajmahal desde el otro lado del río, desde los jardines. ¿Qué os podemos decir de esta impresionante obra? A pesar de que es hartamente conocida por estar en la lista de las maravillas del mundo te sorprende y deslumbra. Las fotos hablan por sí mismas.






Con la imagen del Tajmahal en la retina y más de 4000 km por India a la espalda, emprendimos camino al aeropuerto de Delhi. Nuestro vuelo salía a las 02h de la madrugada con escala en Londres para llegar a Barcelona a las 14.30h. Se mezclan sensaciones, imágenes, recuerdos, sentimientos.
Muchas gracias a todas y todos por vuestro seguimiento, apoyo y ánimo. 
 

8 comentaris:

  1. Y al final del recorrido uno se pregunta, ¿es un sueño? Por lo menos hemos tenido la suerte de compartirlo con vosotros. Y ahora la posibilidad de seguir, día tras día tras día tras día recordándolo y viviendo otras aventuras. ¡Qué bien teneros otra vez cerquita!
    Abrazos
    Sònia

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  2. Un somni fet realitat, el vostre. Però també nosaltres l'hem fet una mica amb vosaltres gràcies al blog. Aquesta aventura m'ha encantat.
    Marc, t'esperem dijous a l'institut amb ganes de fer-te una gran abraçada!!!!
    Petonets a tots 4.

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  3. Manoli a dit...

    LLegó el final........ha sido un placer haber seguido vuestro sueño,(hecho ya realidad) os deseo, que como éste todos los que tengais se vayan cumpliendo.

    Nos vemos pronto.
    Muchos besitos para los cuatro.

    Manoli y Sergio G.

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  4. No me lo creo!!!
    Ahora a qué me engancho yo?
    Espero ansiosa el "momento cerveza" para poder veros la cara de vuelta!!
    Bienvenidos a casa!!

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  5. Hola Família!!!!..ha sigut tot un plaer haver-os conegut..per a mí, la vostra actitud davant de la vida és digna d'admiració!..jo també tinc aquest somni i algun dia el cumpliré..de moment el vaig complint de mica en mica..
    Molt xula la foto, gràcies!!! estem en contacte!! ja aniré mirant el blog per veure quins són els vostres sentiments, sensacions després d'aquesta súper experiència..me l'he de mirar amb calma...Ptns!! Berta India

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  6. No sé com m,he de crear el perfil..ho miraré amb més detall..ho he hagut de fer com anònim... :-)))

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  7. Estoy flipandoooo!!!!. He descubierto este blog HOY jijji, cuando ya se acabó la aventura. Aunque imagino que ahora es cuando empieza la fiesta: ver nuevamente la cotidianidad con otro prisma. Imagino que la vida cambia de arriba abajo una vez se ha vivido lo que vosotros habéis visto.
    Enhorabuena familia y feliz regreso a casa.

    Me habéis dado esperanza, pensaba que ya no podría hacerlo porque he tenido la suerte de ser madre, pero visto lo visto, tan solo es cuestión de un poco de tiempo ;-).

    Besos desde Rubí, Barcelona

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  8. Hola Família. Me encantó coincidir con vosotros en la India y me encantará cruzarme un día con vosotros por Barberá.
    Sois encantadores, y las niñas... las niñas, sin palabras.
    Un gran abrazo.
    Ramón.

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